martes, 19 de junio de 2012

Solo intenta sonreír.

Marta era una niña de tan solo 8 años, muy alegre y siempre con una sonrisa en la cara. Sería cosa de la infancia pero siempre que estabas con ella te sacaba una sonrisa.
Un sía al llegar a casa del campamento de verano que había todos los años, se encontró en su casa a si tía Pilar, lo primero que hizo fue preguntar a si tía que donde estaban sus padres, ya que los había añorado mucho. Su tía con mucho dolor en el corazón le dijo que hace unos días sus padres habían  muerto en un accidente de coche, Marta al oír esas palabras se le quito esa sonrisa tan viva y dulce se fue corriendo a su cuarto llorando.
Pasaros los años y desde aquel día Marta ya no volvió a reír. Miraba la felicidad en los ojos de sus compañeros al tener a sus padres para protegerles y ayudarles en todo, aunque ella tenía a su tía nunca sería lo mismo.
Su tía harta de verla triste un día se sentó con ella y le dijo que ya no podía seguir a si de triste siempre porque sus padres querrían verla feliz no llorando todo el día. Marta estuvo todo el día dándole vueltas a aquellas palabras y al final decidió que tenía que volver a sonreír por ellos, por sus padres.

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